“Pasado, presente, pasión: Pasolini” sube a escena todos martes en La Bancaria. El director Raúl Garavaglia destacó a Pasolini como “un artista completo”. Tiene las actuaciones de Sebastián Mejías y Roberto De Large.
Tras siete meses de ensayos, una parte realizados por Zoom y otros de manera presencial, se estrenó en La Bancaria (San Luis 2069) la obra “Pasado, presente, pasión: Pasolini”. Se trata de un espectáculo teatral escrito y dirigido por Raúl Garavaglia, con las actuaciones protagónicas de Sebastián Mejías y Roberto De Large.
Ambos actores encarnan a Pier Paolo Pasolini, el polémico director de cine y poeta italiano: Mejías lo hace de joven, mientras que de Large actúa a un Pasolini adulto.
La pieza, que también tiene música de violín en vivo ejecutada por Oriana Savino, sube a escena todos los martes a las 21 en este escenario y también tiene previsto hacer funciones en la sala Laureti del Teatro Auditorium, ubicada en el centro comercial del Puerto, el 24 de febrero a las 21.
“Tuvimos un proceso de cuatro meses de ensayos por Zoom y tres meses presenciales. Estos dos períodos, dadas las condiciones, fueron un excelente laboratorio de aprendizaje en lo que hace a la construcción de la obra”, contó Garavaglia a LA CAPITAL.
Y señaló cómo llegó a la notable figura de Pasolini, un artista que nació en 1922 en Bolonia, luchó en la Segunda Guerra Mundial, fue comunista y murió asesinado en 1975. “Descubrí a Pasolini hacia 1975, junto con Visconti, Bertolucci, Fellini pero a diferencia de estos últimos directores, Pasolini me cautivó con su lenguaje cinematográfico”, dijo el director.
“Hay algo entre naif y misterioso, entre lo prohibido y lo no dicho, aquello que hay que develar. Así lo veía por aquel entonces. Después en la época de la última dictadura militar, Pasolini comenzó a exhibirse en circuitos menos comerciales. Ahí conocí sus primeras producciones (en cine), como Acattone, era el neorrealismo tardío. Me cautivó su manera de contar, de protestar, de denunciar”.
Luego de un período de dos años de ardua investigación bibliográfica, Garavaglia se adentró en la escritura del guion teatral. Así llegó a depurar el estilo de la pieza: “Intenté incursionar en una dramaturgia diferente, en prosa poética. Rompe con algunas unidades de tiempo, con cierta linealidad en el relato, hay algunos quiebres en la cohesión, figuras literarias y alguna que otra licencia que solemos darnos los dramaturgos para hacer más atractivo el espectáculo”.
Para el dramaturgo, el conflicto del espectáculo está puesto en la misma vida de Pasolini. “El conflicto es permanente y está en las denuncias, en el reconocimiento de los sentimientos contradictorios de Pasolini, la vida de él es un conflicto” y recordó que sus dilemas se centraron en sus “objetos de amor, sus parejas, los monstruos que atormentaron su vida, la lucha por la desigualdad social, el reconocerse burgués y pensar como comunista”. En ese sentido, el misterio de su muerte “resalta aún más ese conflicto”.
Convencido de la magnitud de Pasolini, Garavaglia entendió que “es un artista completo” y destacó “su forma de escribir, su apasionamiento, su claridad respecto de sus propias contradicciones y su valentía de denunciar a las instituciones en general”.